miércoles, 5 de diciembre de 2007

Dictadura, democracia o todo lo contrario.

No se si la pregunta es demasiado obvia pero ¿Es mejor la democracia o la dictadura? ¿Y si hablamos dentro de la empresa? Es decir, ¿Es mejor que sea el jefe quien decide lo que se hace en nuestra empresa o que sean nuestros empleados los que decidan por ellos mismos por jurisdicciones lo que es mejor para nuestra empresa?

Creo que en la vida existen tres soluciones globales para todo. A mí me gusta llamarlas “La buena, la mala y la ambigua” esta última, acostumbra a ser peor que mala, raras veces mejor que buena.

Debe y Haber de la dictadura empresarial
Si la reflexión sobre las decisiones a tomar es de una sola persona o un grupito reducido y fuertemente jerarquizado, es sensiblemente más sencillo dilucidar. La dictadura en la empresa digamos tiene la ventaja que los empleados son meras herramientas, no tienen que pensar y así la oportunidad de centrarse únicamente en su trabajo ya pensado. Como empresarios compramos únicamente su tiempo, especialmente útil en aquellas empresas en que los empleados podrían ser substituidos por robots.

Esas empresas crecen hasta donde lo hace sus jefes, pero casi nadie excepto ellos mismos se sienten realizados y para la sociedad en general son curros de alta circulación.

Podríamos clasificarlas como EMPRESAS DE FUERZA. Ejemplos como Carrefour, Leroy Merlin o algunas petroleras americanas que se me ocurren ahora pueden ser buenos ejemplos.

Debe y Haber de la democracia empresarial
Cuando la democracia funciona, aunque sea más o menos, las empresas se expanden allá donde llegan más ojos y bocas con menor esfuerzo, al menos más lejos de hasta donde llegaría uno solo. En ese caso, curiosamente el problema de que los empleados piensen se convierte en la ventaja y de esa forma, como empresarios, no solo compramos “el cuerpo” de los empleados, sino también su mente.

Al igual que la empresa más grande llamada estado, la democracia no implica que todos los empleados deban considerar lo mismo, ni siquiera que tengan el mismo nivel de responsabilidad y pese a ello implicar a más gente en el crecimiento.

A estas empresas que usan más cantidad de materia gris les va bien por SU INTELIGENCIA. Casos como Google o Wikipedia por ser tan visibles pueden ser claros ejemplos.

Debe y Haber de "Todo lo contrario"
Si la solución buena puede ser buscar la inteligencia de los trabajadores de nuestras empresas, la mala la tiranía como medio del orden, lo peor es no tener en nuestra organización conciencia de nada de eso e ir erráticos por el mercado, solucionando lo que nos urge únicamente sin levantar la cabeza para observar a nuestra empresa ni lo que queremos.

Por ejemplo, a una de nuestras furgonetas se le ha pinchado una rueda en acto de servicio ¿Qué mensaje debe tener implícito el chofer?

  • La buena “lleva la rueda a arreglar a nuestro taller de siempre, si no eres capaz de tomar esa decisión por tu cuenta a lo mejor no es buena idea que trabajes en esta empresa”

  • La mala, “Antes de llevar la rueda a arreglar a ningún sitio, pide permiso al jefe, como decidas por tu cuenta a lo mejor no es buena idea que trabajes en esta empresa”

  • La ambigua “Que la furgoneta se quede con la rueda pinchada mientras nadie te diga nada”


  • Yo creo que crear un ambiente democrático además de ser más útil empresarialmente, es más divertido. Además en un porcentaje muy alto, las empresas de Tenerife no tienen mucho con qué hacer fuerza, puesto que no son muy grandes ¿Al menos mientras son o no pequeñas, es mejor ser inteligentes?

    Toda esta reflexión viene a que el otro día fui a una conferencia bajo el título “La gestión del conocimiento como factor clave de la competitividad en la empresa” Aunque esperaba que fuera obvia y al menos para mí lo era, al final me está dando que pensar mucho más de lo que esperaba.

    La gestión del conocimiento no es solo un factor clave en la competitividad, que tontería, sino es la piedra donde se asienta empresa alguna. El conocimiento o bien del jefe o de todos en su conjunto es la práctica.

    Si el dato es el suceso, la información es conjunto de sucesos que hacen el chisme, el conocimiento en la empresa es lo más cercano a la divinidad que se me ocurre.

    Es curioso que empresarios con fuertes convicciones democráticas sean fuertes dictadores en sus empresas
    ¿Verdad?

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