A veces en la vida de una empresa se producen momentos más o menos complicados, los buenos son menos comentados, tal vez por su consideración de 'normal', muchos son del tipo: "Don X no ha pagado el día de su vencimiento"(X es además casualmente una cuenta clave), "la mercancía no ha llegado cuando nos dijeron (hay mi cabeza) y por tanto no podemos servir","dice que al descuento no llegamos ¿le doy un cinco o un seis más?"…etc.
Además las empresas de servicio tienen la contra que normalmente el producto humano no se puede almacenar. Un abogado, un maestro, un enfermero… no puede poner en una estantería 'las horas' para usarlas cuando las vaya a necesitar. Es decir, estos deben poder 'fabricar horas' normalmente cuando su demanda se produce efectivamente (que es toda de golpe) y por el contrario equilibrar financieramente de alguna manera cuando las horas son ociosas y además…
¡Cuantas cosas pasan en las empresas!
En Santa Cruz tenemos un carnaval de todos los puntos de vista espectacular, no paro de sorprenderme del enorme esfuerzo de imaginación, planificación y trabajo de tantos millares de personas que organizan sus personajes aparentemente de forma tan anárquica y al final, la mayoría impresiona. Añadiendo que al margen de diseñadores, políticos y unos pocos más que cobran poco o mucho por ello, mayoritariamente todo se hace de forma desinteresada sino a cargo de la arcancia particular.
Tras los ostentosos trajes, el ingenio de las murgas, el brillo especial de las agrupaciones y comparsas, los elaborados disfraces entre colegas o personas individuales debe haber millones de horas de reproches, falta de fondos, estrés, sinsabores, tensiones y discusiones. Pero de alguna forma todo eso queda estratégicamente al margen cuando el carnaval comienza, porque va a seguir adelante con o sin nosotros. Cada año más impresionante, un vacilón mayor en la calle.
Mi sincero homenaje al carnavalero que se lo vela y, al empresario e inversor que es capaz de entenderse como un elemento más del carnaval, el que se produce el resto del año.
Además las empresas de servicio tienen la contra que normalmente el producto humano no se puede almacenar. Un abogado, un maestro, un enfermero… no puede poner en una estantería 'las horas' para usarlas cuando las vaya a necesitar. Es decir, estos deben poder 'fabricar horas' normalmente cuando su demanda se produce efectivamente (que es toda de golpe) y por el contrario equilibrar financieramente de alguna manera cuando las horas son ociosas y además…
¡Cuantas cosas pasan en las empresas!
En Santa Cruz tenemos un carnaval de todos los puntos de vista espectacular, no paro de sorprenderme del enorme esfuerzo de imaginación, planificación y trabajo de tantos millares de personas que organizan sus personajes aparentemente de forma tan anárquica y al final, la mayoría impresiona. Añadiendo que al margen de diseñadores, políticos y unos pocos más que cobran poco o mucho por ello, mayoritariamente todo se hace de forma desinteresada sino a cargo de la arcancia particular.
Tras los ostentosos trajes, el ingenio de las murgas, el brillo especial de las agrupaciones y comparsas, los elaborados disfraces entre colegas o personas individuales debe haber millones de horas de reproches, falta de fondos, estrés, sinsabores, tensiones y discusiones. Pero de alguna forma todo eso queda estratégicamente al margen cuando el carnaval comienza, porque va a seguir adelante con o sin nosotros. Cada año más impresionante, un vacilón mayor en la calle.
Mi sincero homenaje al carnavalero que se lo vela y, al empresario e inversor que es capaz de entenderse como un elemento más del carnaval, el que se produce el resto del año.
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