Aunque en la práctica puede ser así, personalmente no creo que deba ser el empresario la persona que más sepa en su empresa en temas como contabilidad, finanzas o marketing. Aunque sí me parece que parte del sueldo del empresario consiste en aprender para poner el listón alto a los expertos que le pueden asesorar.
Lo primero que debe hacer un empresario, asumida su condición, consiste en estar al menos familiarizado con la jerga técnica de todo aquello inmediato a la actividad de su empresa, igual que los elementos de su actividad.
Por ejemplo, de la misma manera que un carpintero en su actividad debe conocer los diferentes conceptos cómo: Caoba, DM, barrena, botador, formones, cepillo o escoplo. Un empresario del negocio de la carpintería en su actividad, va a necesitar estar al día, al menos en los conceptos de la jerga técnica: activos, plan contable, cuenta de resultados, cuentas de mayor, ratios, capital circulante, punto muerto, inmovilizado, gestión de tesorería, punto móvil de pedido, estacionalidad, rotación, gama, estimación directa, retenciones, tipos de contratos, TC2, perfil, trabajo por objetivos, posicionamiento, marketing mix, comercio electrónico...etc.
La diferencia principal entre la actividad laboral y empresarial es que en la primera los conocimientos son eficaces en su especialización, en cambio el empresario va a necesitar de todo lo contrario, generalización. Como poco necesita saber: contabilidad, economía, finanzas, recursos humanos, gestión de almacén, gestión tributaria, logística, información y comunicación, negociación de compras, ventas y el marketing que no hayamos englobado en lo anterior.
Puesto que la diversidad de áreas de conocimiento necesarias para el empresario son muchas, incluso dan para dedicar una vida entera de aprendizaje cada una de ellas. Lo mejor es centrarse en mantener un nivel genérico de jerga alta prestando atención a los conceptos nuevos o que no hayamos escuchado antes, para poder hablar con los expertos de tú a tú al menos, que además, los expertos, lo suelen agradecer.
Un saludo
Lo primero que debe hacer un empresario, asumida su condición, consiste en estar al menos familiarizado con la jerga técnica de todo aquello inmediato a la actividad de su empresa, igual que los elementos de su actividad.
Por ejemplo, de la misma manera que un carpintero en su actividad debe conocer los diferentes conceptos cómo: Caoba, DM, barrena, botador, formones, cepillo o escoplo. Un empresario del negocio de la carpintería en su actividad, va a necesitar estar al día, al menos en los conceptos de la jerga técnica: activos, plan contable, cuenta de resultados, cuentas de mayor, ratios, capital circulante, punto muerto, inmovilizado, gestión de tesorería, punto móvil de pedido, estacionalidad, rotación, gama, estimación directa, retenciones, tipos de contratos, TC2, perfil, trabajo por objetivos, posicionamiento, marketing mix, comercio electrónico...etc.
La diferencia principal entre la actividad laboral y empresarial es que en la primera los conocimientos son eficaces en su especialización, en cambio el empresario va a necesitar de todo lo contrario, generalización. Como poco necesita saber: contabilidad, economía, finanzas, recursos humanos, gestión de almacén, gestión tributaria, logística, información y comunicación, negociación de compras, ventas y el marketing que no hayamos englobado en lo anterior.
Puesto que la diversidad de áreas de conocimiento necesarias para el empresario son muchas, incluso dan para dedicar una vida entera de aprendizaje cada una de ellas. Lo mejor es centrarse en mantener un nivel genérico de jerga alta prestando atención a los conceptos nuevos o que no hayamos escuchado antes, para poder hablar con los expertos de tú a tú al menos, que además, los expertos, lo suelen agradecer.
Un saludo
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