Para cualquier empresa, sanamente competitiva, una de las claves fundamentales ha de ser su posicionamiento.
El posicionamiento “sitúa” una idea de empresa o producto en la mente del cliente, extensible a cualquier agente relacionado (inversores, personal, proveedores, acreedores, gobierno...etc.)
Un ejemplo de su importancia, estamos con unos amigos decidimos ir a comer y preguntamos ¿dónde? En ese momento crucial para la economía de los miles de guachinches y restaurantes que hay en Tenerife, sólo logramos recordar una pequeña lista, diez o quince a lo sumo, esa es la consecuencia directa del posicionamiento. En ese momento crítico relacionamos: lo que nos sirven, lo que tardan en servir, el precio, si está cerca o lejos...etc.
Personalmente creo que el concepto debería tener tal incidencia en los planes de empresa que debería ser elevado a la quinta, octava, novena, decimotercera o decimosexta “P” del marketing. Más allá, absorbiendo incluso a la promoción y comunicación.
Dará igual, por ejemplo, qué dinero podamos gastar en anuncios con el mensaje “somos amables” si en nuestra empresa se suele tratar de forma descortés a los empleados en presencia de clientes. Es decir, el mensaje lo podemos enviar pero con mucha dificultad lograremos posicionarnos así.
Para poder controlar el posicionamiento debe existir al menos cierta coherencia entre lo que piensan o pensarán de nosotros, lo que creemos que piensan y lo que nos gustaría que pensasen.
Para que las tres ideas se aproximen lo máximo y de esa manera llegar a ser eficaz en la relación con clientes y agentes, lo mejor es ser honesto, que el posicionamiento que queremos forme parte del estilo de vida de la presente o futura empresa, especialmente vivida por el líder de la idea y se invite a desembarcar del proyecto a todas aquellas personas que no crean en ello.
Un saludo
El posicionamiento “sitúa” una idea de empresa o producto en la mente del cliente, extensible a cualquier agente relacionado (inversores, personal, proveedores, acreedores, gobierno...etc.)
Un ejemplo de su importancia, estamos con unos amigos decidimos ir a comer y preguntamos ¿dónde? En ese momento crucial para la economía de los miles de guachinches y restaurantes que hay en Tenerife, sólo logramos recordar una pequeña lista, diez o quince a lo sumo, esa es la consecuencia directa del posicionamiento. En ese momento crítico relacionamos: lo que nos sirven, lo que tardan en servir, el precio, si está cerca o lejos...etc.
Personalmente creo que el concepto debería tener tal incidencia en los planes de empresa que debería ser elevado a la quinta, octava, novena, decimotercera o decimosexta “P” del marketing. Más allá, absorbiendo incluso a la promoción y comunicación.
Dará igual, por ejemplo, qué dinero podamos gastar en anuncios con el mensaje “somos amables” si en nuestra empresa se suele tratar de forma descortés a los empleados en presencia de clientes. Es decir, el mensaje lo podemos enviar pero con mucha dificultad lograremos posicionarnos así.
Para poder controlar el posicionamiento debe existir al menos cierta coherencia entre lo que piensan o pensarán de nosotros, lo que creemos que piensan y lo que nos gustaría que pensasen.
Para que las tres ideas se aproximen lo máximo y de esa manera llegar a ser eficaz en la relación con clientes y agentes, lo mejor es ser honesto, que el posicionamiento que queremos forme parte del estilo de vida de la presente o futura empresa, especialmente vivida por el líder de la idea y se invite a desembarcar del proyecto a todas aquellas personas que no crean en ello.
Un saludo
2 comentarios:
No había visto el video muy bueno. En turismo todavía nos queda mucho que aprender sobre todo desde el punto de vista de los RRHH.
Un saludo
Gracias por el comentario.
Casualmente hace un rato paseaba por tu blog, innoemprende que y la verdad es que me gustó.
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