Más que desayunar cuesta la entrada al Salón del Automóvil de Canarias, que se ha inaugurado esta mañana en el recinto ferial de Santa Cruz y que se prolonga hasta el próximo domingo.
En esta edición se espera una afluencia mayor a la anterior edición del 2005, en que visitaron el salón 48000 personas.
Entonces me pongo a pensar que sino a 5, promediando a 3Euros cada entrada por los que entran con invitación... 48000 personas a 3Euros la entrada son +144000 Euros, solo por taquilla, de los que debemos descontar -12000 Euros, que no sé quien los paga, para un generoso sorteo donde el agraciado podrá gastar esa suma en la compra de un vehículo de las marcas expuestas en el salón.
El resto de gastos, sin necesidad de tomar la calculadora, los sufragan directamente los más de setenta expositores a los que precisamente no les regalan el espacio. Creía que dentro de los presumiblemente abultados beneficios de la feria, al menos como detalle a los expositores, debería incluirse la entrada a los clientes potenciales interesados en acceder a las ofertas de automóviles.
Estoy convencido que a mucha gente le va a repercutir directamente en las ganas de entrar, el precio ¿Sin las limitaciones del arancel en la puerta no se multiplicaría por mucho el numero de curiosos y clientes potenciales que acudirían al salón proyectándolo este aun más? ¿Está Ud. pensando en llevar a su mujer, los niños e invitar a su hermana con el novio a dar una vuelta el domingo por el salón del automóvil?
Debería existir al menos la opción de gratuidad en la entrada para quien renuncie al sorteo, digo yo. Puesto que para no ser una feria privada y el beneficio secundario, mal negocio por ningún sitio. Por el bien público por detrás del bien del bolsillo, por esa razón no logro entender por qué se hacen tan pocas ferias.
Las cosas como son, al margen de mi crítica sobre el precio y la actuación, a simple vista parece mejor que la edición anterior, al menos en cuanto a lo trabajado de las exposiciones, presencia de marcas y modelos.
Un saludo
martes, 23 de octubre de 2007
Entrar en el salón del automóvil o poner gasolina
Publicado por Rafael Pazos a las 12:19 Etiquetas: datos, valoración
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